viernes, 19 de junio de 2009

Museo Arturo Michelena

Museo Arturo Michelena

Un Mundo en el eje de La Pastora

La obra de Arturo Michelena ha quedado en el inconciente del venezolano como un raro ejemplo de tenacidad e ingenio. Nacido en la cuidad de Valencia, en 1863, se estima que incursiono en las artes en 1883, en la ocasión que se presentó en la exposición del Centenario de Bolívar con su cuadro “La entrega de la Bandera”, y se desvanece cuando apenas cumpliera los 35 años de edad, en sus cuadros religiosos pintados para los templos de Caracas.

A pesar de no haber tenido largo tiempo en el mundo de las artes, Michelena fue uno de los más sobresalientes artista plástico alguno en el país. Celebrado por sus compañeros, mimado por la sociedad caraqueña de entonces que se ve reflejada en sus obras, y protegido por los gobernantes que lo deseaban como su pintor oficial.

Arturo Michelena nos ofrece la imagen del artista exitoso y popular, a quien en momento histórico alaba por sus triunfos en el extranjero, y que hacen de él, el artista latinoamericano del siglo XIX que más reconocimientos recibió en Paris. El Salón de Artistas Franceses, máximo evento del arte mundial, le otorga en 1887 el Premio Hors de Concours, la mayor distinción que se le confiere a un artista extranjero. Y asì, un sin fin de premios y reconocimientos.

Cuando regresa a Venezuela, en 1889, està preparado y dispuesto a dar a su paìs lo que de èl se esperaba. Sus obras basadas en pasajes emblematicos de las luchas de liberaciòn venezolana y en temas nacionales resumen los momentos màs inspiradores de Michelena.

Su etapa venezolana es, no obstante, la màs dramàtica: la lucha contra su penosa enfermedad que lo agobiaba lo apresuro a querer crear una obra tan variada y ambiosa que no pudo concluir. Multitud de bocetos, apunte y proyecto sin culminar dan muestra de su capacidad creadora que se viò truncada con su muerte en Julio de 1898.

En su estudio en La Pastora creció la idea de Doña Lastenia Tello, viuda de Michelena, de convertir en un recuerdo físico el lugar donde su esposo había dispuestos tanto ingenio y hacer de èl un Museo que hoy todos los caraqueños pueden disfrutar.

En 1892, cuando Michelena se encontraba en Paris pintando para el Salón Oficial su cuadro La vara loca, experimentó la revelación de la gravedad de su mal. El mismo año el artista regreso a Venezuela. Tratando de seguir los consejos de sus médicos e buscar estar en climas más calidos que los europeos, se trasladó a Caracas a un ambiente más tranquilo que le permitiría reponerse del trabajo agotador que había realizado en Parìs, en los ultimos dos años.

Al poco tiempo de su llegada a Caracas, Michelena se viò lleno e encargos, y creyendose reestablecido, se instalò en Caracas en 1893. al siguiente año, habìa comprado por la suma de dos mil bolivares un solar situado entre la antigua calle Madariaga y el Callejòn R. (hoy esquina de Urapal) en La Pastora. El 28 de abril de 1895, Michelena comenzó a construir su taller: un amplio recinto de 25 metros de fondo por 8 de ancho, apropiado para obras de gran tamaño, y en el cual se instaló a finales del mismo año. Conocido de entonces en adelante como el Estudio Michelena, en este taller recibía a los personajes notables que venían a posar para sus retratos.

Para Doa Lastenia Tello el Estudio Michelena se convirtió en una especia de santuario. Y con ello, después de la muerte del artita el 20 de julio de 1898, ella se dedicó a revivir su memoria con la recopilación de sus obras. Para este momento decide contratar al Arquitecto Luis Malaussena, padre, quien trasformó el antiguo taller de Michelena en una casa de habitación. Desde entonces y por cerca de cincuenta años, habitó esa casa destinada por ella misma a ser el museo que el Gobierno le había negado a este artista.

En los últimos años de su vida Michelena había conservado para sí, numerosas obras entre pinturas, bocetos y dibujos que junto a sus muebles de la época utensilios personales, como liencillos, pinturas, paletas entre otros descansan en el Museo Arturo Michelena en la parroquia de La Pastora.

En la actualidad el Museo Arturo Michelena se encuentra en el mismo lugar, bajo la administración y mantenimiento del Instituto Nacional de la Cultura y las Bellas Artes, para conservar uno de los Museos más humosos e íntimos de Venezuela.

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